INDICE DE CONTENIDOS

22 - ENSAYO SOBRE EL DON
21 - POR UN FEMINISMO DE LA RECUPERACION
20 - LO QUE SE OCULTA TRAS LA CUESTION DEL
VELO ISLAMICO .
19 - LAS SERRANAS (primer avance)
18 -EL CREACIONISMO Y LA DOMINACIÓN:
VIGENCIA DE KROPOTKIN
17 - LOS LIMITES Y LA COMPLACENCIA
16 - A LA VERDAD - Lope de Vega
15 - D. Quijote explica a unos cabreros la edad dorada y se declara defensor del modo de vida de las mujeres en aquellos tiempos (Miguel de Cervantes)
14 - LA DEGENERACIÓN DE LA RAZA HUMANA POR LA
PÉRDIDA DE SUS CUALIDADES FUNDAMENTALES.
13 - ¿DÓNDE ESTA WALLYS? (un juego semántico)
12 - EL EQUIVOCO DE NIETZSCHE
11 - El abrazo materno y el continuum del sistema sexual de
la maternidad: a proposito del Metodo Madre Canguro
10 - PARTO ORGASMICO: testimonio de mujer y
explicación fisiológica.
9 - Sobre la función orgánica y social de la sexualidad (I)
8 - Hace falta una Declaracion Universal de la Condicion
humana.
7 - Aunque el fascismo se vista de seda, fascismo se queda.
6 - Tres versos de Lope de Vega
5 - Nota aneja al libro Pariremos con Placer (2ª edición)
4 - El deseo materno existe y hay que decirlo
3 - Amamantar por placer (reseña de un libro)
2 - ¿Domina el sistema neurológico los demás sistemas del
cuerpo? - Las cosas como son y las palabras para decirlo
1 - Objetivos de AMARYI



martes, 6 de abril de 2010

El creacionismo y la dominación: vigencia de Kropotkin

Caminante, no hay camino

se hace camino al andar...

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar.

(Machado)

Si bien las primeras sociedades esclavistas justificaron la dominación y la jerarquía con la existencia de seres celestiales creadores de todo cuanto existe sobre la Tierra, que dictaban el orden social, a partir de un momento dado la esclavitud y la jerarquía se empezaron a justificar también por la propia naturaleza. Aristóteles ya afirmó que la superioridad del hombre sobre la mujer, sobre l@s niñ@s o sobre los extranjeros eran cosas naturales, y durante veintitantos siglos el pensamiento humano ha mantenido la inferioridad social de la mujer por la naturaleza inferior del sexo femenino, etc. etc.

Así no es de extrañar que cuando las teorías sobre la evolución de las especies irrumpieron en el mundo científico en el siglo XIX, enseguida estuvieron mediatizadas por su aplicación al orden social, para tratar de justificar la dominación y la jerarquía social. Dos escuelas de pensamiento sobre la evolución se enfrentaron entonces, la que representaba Darwin y la que representaba Kropotkin. En el capítulo 1 de El Asalto al Hades traté de explicar la vigencia de la teoría de Kropotkin en línea con la teoría actual de la simbiogénesis (Lynn Margulis), la autopoyésis y la autorregulación (Maturana y Varela).

La simbiogénesis explica la génesis de una forma orgánica por la simbiosis de dos formas orgánicas más simples. La célula eucariota se originó con la simbiosis de una célula sin núcleo con una bacteria. La célula eucariota resultante de la simbiosis integró y fijó la interacción cooperativa entre las dos formas orgánicas autónomas (la célula sin núcleo y la bacteria). Cuando se encontró una bacteria fósil con la misma estructura que la del ADN, se consideró demostrada la simbiogénesis, la teoría evolutiva desarrollada por Márgulis. Y sin embargo yo creo que la prueba más evidente del mecanismo simbiogenético de la evolución, es el propio modelo de organización de los complejos conjuntos de sistemas que, por ejemplo y sin ir más lejos, forman nuestro propio cuerpo: la sinergia

El sorprendente funcionamiento de los conjuntos hipercomplejos de sistemas, órganos, células, moléculas, etc., con millones de relaciones simultáneas, en todas las direcciones y sentidos, en todos los niveles de organización (molecular, celular, etc.), de un modo unísono y armónico, se explica por el mecanismo simbio-genético de integración de lo simple en lo complejo, según el cual es el propio desarrollo de la forma simple quien hace la unión para constituir una forma más compleja. La sinergia se hace desde lo simple y con el impulso de la forma de vida más simple, cuya autorregulación y dinámica propia no se anula sino que pasa a formar parte de lo más complejo. Por eso cada parte que integra un organismo complejo ‘sabe’ lo que tiene que hacer y lo hace sin que nadie se lo diga, sin línea de mandos ni jerarquía. La vida y su diversidad es una filo-génesis de 3 mil millones de años; es así, funciona así y no tiene parangón con diseño artificial alguno. La ayuda mutua que Kropotkin contemplaba en las estepas rusas, se ha confirmado en la vida microscópica, explicando la evolución como un proceso de asentamiento de la interacción cooperativa.

La simbiogénesis explica también la autopoyesis, la capacidad de la vida de hacerse a sí misma; explica que en la evolución no ha habido ni hay nada predeterminado, sino que son los fenómenos los que se suceden unos a otros, y que dan lugar a la diversidad de las formas y ecosistemas, (necesariamente interrelacionados); una variedad y una diversidad de formas cuya panorámica de conjunto nos muestra el camino y el mecanismo de su formación.

A veces he escuchado el argumento de que la similitud de las formas, como la de las espirales o las estructuras helicoidales, es una prueba de que responden a un diseño predeterminado. Una vez más aquí se invierte la relación causa-efecto: la espiral o la estructura helicoidal lo que muestran es el movimiento pulsátil de la vida, la huella de la pulsación de todo corpúsculo de vida, que fija ese tipo de formas. Lo mismo que el movimiento de todas las partículas de materia producen a menudo ondas. Machado lo explicaba muy bien con sus versos: no hay camino, se hace camino al andar/ caminante, no hay camino sino estelas en la mar. Las espirales y las estructuras helicoidales son las estelas que deja la vida en el caminar de su evolución.

La autopoyésis, como explicó Humberto Maturana se refiere a esta cualidad de la vida de hacerse a sí misma, sin diseñador ni creador, de la cual se deriva otra cualidad importantísima también: su capacidad de autorregulación.

También sigue vigente Kropotkin en este aspecto: sin llegar a acuñar un nuevo concepto, también habló de la autopoyesis y de la indeterminación de los fenómenos:

Lo que se llamaba ‘Ley natural’ no es más que una cierta relación entre fenómenos que vemos confusamente… es decir, si un fenómeno determinado se produce en determinadas condiciones, seguiríase otro fenómeno determinado. No hay ley alguna aparte de los fenómenos: es cada fenómeno el que gobierna lo que le sigue, no la ley. No hay nada preconcebido en lo que llamamos armonía de lo natural. El azar de colisiones y encuentros ha bastado para demostrarlo. Este fenómeno perdurará siglos porque la adaptación, el equilibrio que representa, ha tardado siglos en asentarlo.

Y también:

Tras fijar toda su atención en el sol y los grandes planetas, los astrónomos están empezando a estudiar ahora los cuerpos infinitamente pequeños que pueblan el universo. Y descubren que los espacios interplanetarios e interestelares se hallan poblados y cruzados en todas direcciones imaginables por pequeños enjambres de materia, invisibles, infinitamente pequeños cuando se consideran los corpúsculos por separado, pero omnipotentes por su número. Son estos cuerpos infinitamente pequeños… los que analizan hoy los astrónomos buscando explicación… a los movimientos que animan sus partes, y la armonía del conjunto. Otro paso más, y pronto la gravitación universal misma no será más que el resultado de todos los movimientos desordenados e incoherentes de esos cuerpos infinitamente pequeños: de oscilaciones de átomos que actúan en todas las direcciones posibles. Así, el centro, el orígen de la fuerza, antiguamente trasladado de la tierra al sol, vuelve a estar hoy desparramado y diseminado. Está en todas partes y en ninguna. Como el astrónomo, percibimos que los sistemas solares son obra de cuerpos infinitamente pequeños; que el poder que se suponía gobernaba el sistema es él mismo sólo resultado de la colisión de estos racimos infinitamente pequeños de materia; que la armonía de los sistemas estelares sólo lo es por consecuencia y resultante de todos esos innumerables movimientos que se unen, completan y equilibran recíprocamente. Con esta nueva concepción, cambia la visión general del universo. La idea de que una fuerza gobernaba el mundo, de una ley preestablecida, de una armonía preconcebida, desaparece y deja paso a la armonía que vislumbró Fourier: la que resulta de los movimientos incoherentes y desordenados de innumerables agrupaciones de materia, cada una siguiendo su propio curso y manteniéndose todas en equilibrio mutuo.

Parecía imposible una regresión del pensamiento científico al creacionismo, pero es lo que está sucediendo y hoy el enfrentamiento entre Darwin y Kropotkin ha sido desplazado por el enfrentamiento entre el darwinismo y el creacionismo.

Desde mi punto de vista y de mis escasos conocimientos, ni el darwinismo ni el creacionismo explican la evolución de la vida, cómo es y cómo funciona; y precisamente por eso sirven para justificar la esclavitud, la dominación y la jerarquía social. El darwinismo sirve para justificar una jerarquía y una dominación que quedaría al arbitrio de las aptitudes o la capacidad de un@s para imponerse sobre l@s demás. Las creacionistas intentan justificar una dominación mabsoluta, en la que cada cual tendría su misión definida por el creador (llámese Ser Supremo, Dios, Universo consciente, etc.etc.: pues en un orden cósmico establecido y predeterminado, también está predeterminada la función y la misión que cada cual debe cumplir y que se transmite por la línea de mandos, en cuya cúspide estaría el creador y en el grado inmediato inferior sus mensajeros y sus intérpretes, y luego toda una variedad de funcionarios encargados de vigilar que cada cual cumpla su misión, por las buenas o por las malas. El creacionismo es la justificación de un tipo de sociedad esclavista como la antigua hinduista (Código de Manú, etc.), en la que además, o en lugar, de prohibir tal o cual cosa, se encomienda una misión que cumplir. Mientras que los códigos de prohibiciones de cosas concretas deja un margen de maniobra para lo demás, la misión esclaviza la vida entera, por más que a cambio te ofrezcan 'la paz de los muertos', la tranquilidad de la protección del Poder: 'el Sol de la tranquilidad' que está detrás de todos tus actos y que te acompaña, como dice el anuncio publicitario. La misión es peor para l@s esclav@s que la retahila de órdenes concretas, porque esclaviza más, pero es mejor para el Poder porque es más eficaz en términos de extorsión y saqueo de la vida.

Al definirse desde arriba lo que cada vida humana debe realizar, se tiene que bloquear la dinámica interna de esa vida (por eso el Tabú del Sexo está históricamente asociado a la esclavitud, y por eso ahora se recrudece con un nuevas estrategias de congelación del sistema libidinal humano, para una mayor represión de los sentimientos encubierta con el eufemismo del control emocional).

El creacionismo claro está, no destaca la simbiogénesis ni la sinergia como organización resultante del proceso evolutivo, una sinergia que se construye con el movimiento pulsátil, propio e interno y autorregulado de cada ser vivo. Por el contrario, tiene un especial interés en mostrar a los seres vivos sin dinámica propia y la jerarquía como algo natural, porque detrás del creacionismo en todas sus variantes, hoy como ayer, está la justificación de la dominación.

La Mimosa, marzo 2010

domingo, 4 de abril de 2010

Los límites y la complacencia

....Recientemente me han preguntado si era verdad en términos absolutos una afirmación que hice de que nunca había recibido una orden ni de mi madre ni de mi padre, pues parece que una cosa así es difícil de creer en el mundo en el que vivimos; y sin embargo tengo que decir que sí, que es absolutamente cierto, en términos absolutos.
....La verdad simple y sencilla es que amar es complacer al ser amado, y si yo deseo complacer los deseos de los seres que amo, y si los seres que me aman desean complacer mis deseos, las órdenes carecen de sentido. El sistema libidinal es el sistema de relación humano normal, que para eso existe. Las órdenes y la obediencia pertenecen a un sistema jerárquico artificial.
....Complacer a los seres queridos es una cualidad del amor, una cualidad humana; no es cosa exclusiva de las madres-marujas que no tienen nada mejor a lo que dedicarse. Decirlo tendría que resultar casi tautológico, sino fuera por el magma dogmático que impide ver lo evidente.
....Cuando ocurre que unos y otros deseos son incompatibles (yo quiero ir al cine y tú quieres ir al fútbol, por ejemplo), se hablan las cosas para tomar una decisión, pero fijémonos que los argumentos que cada cual emplea en general son para favorecer el cumplimiento del deseo del otr@. Entre seres que se quieren no se resuelven las cosas con la imposición de la voluntad de un@ sobre la del otr@, las dificultades transcurren por otro camino.
....Y ello es así por la cualidad de la libido, que hace que la felicidad o el bienestar del ser amado sea mi felicidad y mi bienestar: en ello consiste la relación amorosa, que no tiene nada de mágico ni de espiritual, como lo prueba la producción de endorfinas y de las hormonas del estado amoroso; y como lo prueba también la propia sensación y percepción corporal de ese estado amoroso, lo que sentimos, y cómo se fija lo que sentimos, los sentimientos. Los sentimientos que fijan, hacen y conforman la estructura psíquica para la complacencia. Todas las sublimaciones y misticismos se hacen tan sólo para justificar la existencia de lo que sentimos en el estado amoroso, y arrebatarle su función de relación fraterna.
....La actitud general de una madre o de un padre de complacer los deseos de sus hij@s es fundamental para que crezcan desarrollando también su capacidad de complacencia y de amar. Dicha actitud implica una confianza en la capacidad de amar de las criaturas humanas y en que se pueden desarrollar de ese modo. En este contexto dar una orden es una ofensa y una humillación, un atentado a la integridad y a la dignidad de sus hij@s, y supone la desnaturalización de las relaciones entre madre-padre e hij@s.
....Quiero precisar que el empleo del término ‘vía’ (vía de la complacencia o vía de la autoridad) es porque efectivamente no se trata de actitudes concretas o puntuales, sino de la actitud general que se desprende del estado amoroso, y de las relaciones dinámicas que se establecen desde ese estado.
....Si desde el principio una criatura ha sido tratada con actitud amorosa y complaciente, su actitud general será también amorosa y complaciente; y a nadie se le ocurre plantear las cosas en términos de órdenes y de obediencia; tales cosas ocurrirán en el colegio, porque allí es otra cosa, no son relaciones desde los estados amorosos.
....Si una criatura desde el principio es tratada con órdenes y sus deseos han sido tratados como caprichos improcedentes, las cosas transcurren por otro camino diferente. El camino de la guerra con l@s niñ@s, de los berrinches, de las pataletas, de los chantajes, etc. Pero aquí lo que he observado es que quizá no a la primera, pero sí a la segunda o a la tercera, la criatura humana es capaz de reaccionar y de situarse en la vía de la confianza y de la complacencia, porque todavía no tiene demasiado atrofiada su capacidad amatoria.
....Lo que la situación actual esconde es que hay una falsa noción del amor. Lo que se llama amor no es amor verdadero. En el estado amoroso a nadie se le ocurre dar órdenes, sino hablar, explicar las cosas, aplicarse en la resolución de las decisiones con mutuo mimo y cuidado, para conseguir lo mejor para el ser querido.
....Detrás de la vía autoritaria hay una ignorancia de lo que es la criatura humana, una ignorancia y una desconfianza en sus capacidades y cualidades.

....¿Es posible entonces educar “sin poner límites”? ¿Por qué la mayoría de los padres creen que es necesario “poner límites”?
....Los límites no tienen nada que ver con el tipo de relación entre las personas que se encuentran dentro de esos límites. La complacencia se produce siempre dentro de unos límites, de lo que es posible.
....La cuestión no está en los límites (los límites se utilizan como excusa), sino en el tipo de relación desde la que se abordan los límites, lo que podemos o no podemos hacer. Los padres siguen la inercia social y desconocen la vía de la complacencia porque nadie la practicó nunca con ell@s, y por ello no saben que existe ni saben cómo son sus hij@s y de lo que son capaces. Desconocen la capacidad de amar, de complacer, de entender, de tener iniciativas y de ser responsables de sus actos, es decir, las cualidades de sus hij@s. Y tratándoles como si no tuvieran esas cualidades, como si fueran egoístas, tontos, inútiles, irresponsables, etc., les atrofian y les hacen egoístas, tontos, inútiles e irresponsables. Esto es lo que explica Ruth Benedict en su Continuities and Discontinuities in cultural conditioning. Detrás de la supuesta protección que damos a nuestr@s hij@s lo que se ejerce es una mutilación de sus principales cualidades, un bloqueo de su desarrollo justo en el momento en el que depende su formación. Este es uno de los aspectos más importante de ese magma dogmático que sustenta nuestra sociedad basada en la dominación: no sabemos de que están hechas las criaturas humanas.
....La preguntas y el asombro que suscita mi afirmación de que ni mi madre ni mi padre me dieron jamás una orden, ni grande ni pequeña, da la medida del dogma que sustenta la dominación. ¡Si hasta la relación con la carne de mi carne tiene que ser de imposición y de dominación, como no va a ser así en el resto de la sociedad¡ Y sin embargo lo que tendría que ser difícil de creer sería lo contrario, que una madre o un padre mantuvieran con sus hij@s una relación otra que no fuera la basada en la complacencia.
....En resumidas cuentas, cuando se ama a una persona se desea complacer sus deseos para hacerla feliz. Y si esa persona también me ama, también desea complacer mis deseos para hacerme feliz. La relación entre las dos personas es de mutua complacencia, y en una relación de mutua complacencia las órdenes carecen de sentido.
....Ciertamente la cuestión suscitada nos coloca en la frontera del dogma conceptual básico de la dominación.

La Mimosa, marzo 2010